jueves, 16 de febrero de 2012

Consúmeme.


Tras un largo silencio, creí desaparecer, entre tu sombra y mi silueta desdibujada. Fueron tantas las veces que me perdí, las veces que creí perder el control total sobre mi cuerpo y sobre mi mente, que llegó ese momento de explosión que siempre se espera; llegó para odiarme más que nadie, para resquebrajar lo poco estable que me quedaba por dentro y tirarlo todo por la borda. Creí perder el sueño, el hambre, la sed y hasta la respiración; creí perderlo todo tras esa explosión que supuso el empezar a conocerme nuevamente...Quise borrar todo lo que quedaba de mí, todos los escombros que nos ensuciaban, todo resquicio de culpabilidad. No fue suficiente la sangre que derramé ni las lágrimas que se quedaron en sus sábanas impregnadas. Sabía de sobra la decacencia que suponía desaparecer de un instante al siguiente, sabía que mi alma seguiría sucumbiendo, una y otra vez, hasta que no existiera un cuerpo real sobre el que sostenerse y le dió igual, nos dió igual. No importó en ningún momento las veces que volvería a verme cara a cara con la muerte, no me importó en absoluto. Merecía sufrir, llorar, gritar, sangrar por lo que había perdido, para siempre...

Y, tras ese mugriento y eterno silencio, te volví a encontrar, me volví a encontrar.

miércoles, 1 de febrero de 2012

Hola, me llamo feliz. No, ahora me llamo triste.

Hoy desperté faltándome hasta el alma, hasta el aire que aún me falta. Hoy cambié tres veces de opinión. Hoy discurrí entre mis propias ideas como el que bebe agua salada, agria, dulce y ácida a la vez. Hoy me quise y también me odié, hoy le quise...pero también le odié. Hoy me eché de menos hasta la saciedad y me sacié de echarle de menos. Hoy quise sol y quise sombra. Hoy me quedé un poco más sola, comí un poco más, me quise un poco menos. Hoy no sé lo que seré mañana ni me interesa; no sé si hoy fue el mejor o el peor día, pero sonreí sin estar feliz, como cada día. También hoy lloré sin estar triste. Hoy me falté, me sobré, me asfixié y me perdí entre mis curvas... También amanecí sin ganas, sin frío y sin calor, casi, casi por inercia. Hoy dormiré y soñaré todo lo que me falta, todo lo que no cabe en tu lógica ni tu razón y sólo en mis sueños tiene sentido. Hoy dejé todo atrás para empezar por enésima vez de cero... y acabar siempre igual.

Hoy es demasiado pronto, pero mañana demasiado tarde quizás.