viernes, 24 de diciembre de 2010

Sospechas.

Cuando por fín amaneció, y yo aún estaba tendido en la calle, se dejó de ver la ciudad; la niebla la cubría por completo y hasta mis ojos se volvieron borrosos y tristes.
Me acercé hasta el puente donde se produjo el asesinato, para sentir la muerte un poco más cerca.
Fue hace dos días exactos cuando vi a un hombre en el mismo sitio en el que me encuentro ahora, agarrando a otro por el cuello hasta asfixiarlo y luego lanzarlo al río.
No recuerdo demasiados detalles, ya que mi sangre se medía en grados de alcohol en esos momentos, pero, lo que recuerdo perfectamente, es la manera en la que ese hombre se encendió un cigarrillo tranquilamente después de haber asesinado a su vecino, del que sospechaba de acostarse con su mujer, para luego apagar ese mismo cigarrillo en mis pies descalzos con un pisotón.
Los conozco, conozco sus vidas, pero no la mía.Y puedo asegurarte que las sospechas de Javier, el asesino, no eran ciertas y que, quizás, su sofisticada mujer no era tan sofisticada como todos pensaban, porque, sospecho que se acostaba con un triste vagabundo al que esta mañana lo ha despertado la gélida niebla.
Quizás debiera sentir culpabilidad alguna por el pobre hombre ahogado, pero no es así, no soy culpable de nada, excepto de mí mismo.

miércoles, 15 de diciembre de 2010

¿Dónde se fueron?


¿Dónde están? ¿Dónde los he dejado?
Dónde estararán mis recuerdos. Dónde dejé mi dulce sonrisa de niña, o la ilusión al oír un cuento, o la felicidad pueril de abrir un regalo.

¿Quién se llevó el presente de mi pasado?
Quién sabe dónde se fue el sabor de mi primer beso o dónde dejé las tardes perfectas hablando de nada y siendo la más feliz. ¿Alguien podría decirme dónde se quedaron las mariposas que me llegaban hasta la boca cuando mi primer amor me daba la mano? ¿ Sabrías a dónde fueron mis ilusiones? ¿A dónde quedaron mis sueños?

¿Dónde diablos se han metido?
Los atardeceres de mi infancia donde no importaba nada y donde el tiempo parecía que volaba. Dónde fueron. Dónde estarán las risas que derroché con mis amigos y la confianza que ya no queda.

¿Dónde habrán ido?
Dónde me dejé las ganas. Dónde se fue la noche más bonita del mundo. Dónde metí esa ilusión que ya no encuentro y dónde estará todo lo que he vivido y que jamás volverá...
¿Sabes dónde lo he dejado? Porque yo no.