jueves, 10 de febrero de 2011

Que tus labios me sirvan de cama

Se me desdibuja el universo bajo mis párpados...

Déjame regalarte, ésta última balada de palabras, éste último poema de nuestras miradas...
Nada existe ya, parece, o seré yo, que hoy desaparezco un poco para mañana desaparecer un poco más. No quiero, no quiero despertar, no tengo ganas... Sólo quiero dormir y que tus labios me sirvan de cama, quiero que tu sonrisa sea el único espejo donde se refleje mi amarga cara. Déjame tu piel como almohada, y tus ojos...préstamelos para soñar con ellos, sólo esta noche, porque mañana ya podré verlos. Te echo de menos, si no te tengo; y si te tengo, te quiero más cerca.No me conformo, al menos hoy, con imaginar que te abrazo, cuando realmente mis sábanas son las abrazadas, sólo ellas, esta noche...y todas las que me faltas.
Quiero tu mirada, ahora mismo, para perderme la noche entera y navegar entre los susurros de tus latidos, que escucho desde tan lejos.

Que desaparezca el mundo...sólo por ésta noche.

lunes, 7 de febrero de 2011

Bdsm

Tengo sangre en las mejillas de llorar lo que no debo, de perder las horas muertas mirando al vacío de un espejo... que nada refleja; ni mi sombra, siquiera, tumbada, dormida en el suelo.

Sabes ya, que nada tengo, que los arañazos de mi cuerpo no son más que un reflejo de placer sellado para siempre debajo de mi piel. Propones que te coma a besos y, débil de mi imagen que sucumbe mentalmente y cae despacio.
Sabes que no hay nada para ocultar, que los restos están sobre mi cuerpo, que los bocados, arañazos y azotes no han salido de mis sueños. Sabes que pretendo que me manejes, como el que maneja a su muñeca favorita y la trata con cariño, pero sin olvidar que tan sólo es un objeto...
Soy casi de arena fina, y me derrumbo con tus suspiros, soy como el césped sobre el que caminas, o como el aire que respiras, te doy la vida en cada bocanada, o si quiero te dejo sin aliento...
Sabes que tengo el alma desollada, lo notas cuando me abrazas, y no te importa, es más, no sientes nada...de nada.


Pero también sabes que, a oscuras, cuando nadie llama a la puerta mi habitación, siempre estaré en el mismo rincón, abrazada al frío de la madrugada, esperando tu llamada...o mejor dicho, sin esperar nada.

viernes, 4 de febrero de 2011

Hazme el amor..

Dame la mano, en secreto. Acaríciame despacio, en la oscuridad que determinan mis ropas.
Le hablaré a los demonios en mis sueños de tus ojos, tan perdidos en el infierno como los míos; les diré que mis sábanas no quedan prohibidas para tus caricias.
Hazme el amor con la mirada y respira mi aliento envenenado, dame de nuevo lo que ya no tengo, y quítame hasta la ropa. Haz que el tiempo vuelva a volar sin alas y que se funda el cielo en tus ojos cuando no quede nada más.
El resto del mundo sobra cuando me acaricias casi sin querer y me falta hasta el aire cuando me abrazas... que puedo saber hasta qué piensas cuando tus brazos rodean tiernamente mi cintura.

Y me olvido, me olvido que existo.

jueves, 3 de febrero de 2011

Sinuous Delirium


Sinuoso delirio.
Veo tus manos, pero no las siento; toco tus brazos, pero no su calor, abrazo tu cuerpo, pero sin tu alma. Miro tus ojos, pero no te veo. Beso tus labios, pero son insípidos.
Intento tocarte pero sin querer te alejas, o desapareces. Todo a mi alrededor deja de existir, por un segundo, o por dos horas, ya perdí la noción del tiempo, y del espacio. Me hago pequeña y cierro los ojos para no sentir, si es que algo pudiere sentir. El aire que me rodea me presiona y aprieta mi cuerpo y me axfisia a la vez que congela mis frágiles huesos. Mis pulmones se han vuelto hielo y mi corazón escarcha pura, ya no respiro, ya no siento. Abro los ojos y ya no veo, no quedan restos de tu cuerpo, ni recuerdos en mi cabeza de tu sonrisa, o de la mía. Va muriendo cada parte de mí muy despacio, y es lo único que noto, que mis pies se desdibujan en la sinuosa oscuridad o la simple nada que me rodea, y así poco a poco el resto de lo que quede de mi cuerpo. Sólo soy capaz de escuchar los lentísimos latidos de mi corazón, se acaba el tiempo y no sé ni dónde me encuentro, ni quién soy, ni por qué estoy aquí; no sé donde estás, y menos aún dónde estoy yo... Noto una mano acariciándome, pero no sé de dónde viene, ni de quién será, no la veo, sólo la siento; me da calor y es agradable. La sensación de calidez aumenta cuando esa caricia se convierte en abrazo y lo transforma en latidos de mi corazón; escupo el vaho de mis pulmones que vuelven a funcionar y abro los ojos despacio dejando caer el hielo de mis pestañas. Puedo sentir tus manos, toco tus brazos y noto su calor, abrazo tu cuerpo... y noto tu alma sellada con la mía. Miro tus ojos y veo los míos reflejados, beso tus labios y descubro el dulce sabor de vivir...
Intento tocarte, pero mejor te abrazo, y vuelvo a respirar tranquila, y a escuchar mis latidos, cálidos, cálidos como tus ojos, como tus manos, como tu abrazo, que me ha devuelto la vida.