lunes, 23 de agosto de 2010

Mi propio suicidio.


Vestida con las estrellas más bellas del cielo, se paseaba entre los pasillos que fueron suyos y entre las habitaciones que guardaban todo el tesoro que dejó en vida.
Ya los cortes por todo su cuerpo se podían disimular y nadie volvería a verlos, sólo ella; única espectadora de su propia muerte y a la vez su única enemiga y asesina.
Aquella hermosa princesa que lloraba sangre debajo de las pueriles sonrisas que regalaba, aquella que parecía tan feliz, pero que en el fondo se destrozaba... Su belleza se desbordaba por cada poro de su cuerpo, decían; también su mirada, que trasmitía mucho más que palabras, contaban...
Y ella no escuchaba, nada oía fuera de su cabeza y nada quería ver que no fuera su sangre caer entre sus dedos cuando se masacraba. Se sentía tan sola, que cada noche a la luna le contaba que su corazón iba muriendo, muy despacio y que le dolían las lágrimas de cristal que rasgaban la fina piel de su cara. No paró en toda esa noche de buscar sentido a su existencia, pero no sirvió de nada...
La triste princesa de ningún reino y sin más palacio que el de su propia alma, se vió a sí misma como se mataba, notó como lentamente la cuchilla conseguía arrancarle la poca vida que le quedaba y vió como la luna se teñía de rojo, al igual que su piel y su cama.

Yo misma vi a mi cuerpo caer muerto sobre la almohada, yo contemplé feliz como mi sangre me abandonaba, yo y sólamente yo ví como yo misma...me asesinaba.

lunes, 16 de agosto de 2010

I'm sorry

Perdón por tantas cosas que hago sin quererlas hacer, por dejar que de mi boca salga lo que mi subconsciente piensa y no pensar en lo que eso conlleve.
Lo siento si vendo mis ojos y salgo huyéndo o si me desespero o si mis cadavéricos pensamientos se acumulan todos tan juntos que siempre acabe diciéndote el menos adecuado y el más doloroso, quizás.
Perdón si algún día dije que ví la última página de esta historia o si creíste que, de verdad, ya estaba cansada del todo y de todo; a veces no encuentro las palabras exactas para hacerte entender el gran miedo que tengo de perderte...
Lamento que se forme cada día una batalla entre mi corazón y mi mente en la que, por temor, acabe ganando mi cabeza con sus pensamientos absurdos y que, sinceramente, no siento.
Perdón por los errores que aún no he cometido y por el muro de cristal que se me formar sin querer cuando veo que algo está a punto de vencerme, lo que provoca esos disparos de palabras que te lanzo directos al pecho, sin apuntar...
Lamento que mi orgullo no me permita decirte lo mucho que lo siento, lo muy arrepentida que llego a estar cuando noto que algo he hecho mal...

Por suerte, tengo palabras para todo...desgraciadamente, a veces sobran.

lunes, 2 de agosto de 2010

Delirious.

El sueño se aferra a mi cuerpo con infinita ternura y me invita a delirar cada noche. Me invita a imaginar tus labios besando prohibidamente los míos y tus ojos enloqueciéndome sin querer. Y sin que nadie nos vea, ocultos del mundo que nos impide desbordar nuestra locura en besos y caricias...
La noche ya no sabe qué hacer conmigo, si prestarme la luz de su luna para imaginarla como si fuérase tu sonrisa o envolverme en su manto de estrellas hasta que me falte la respiración...

Fue como un pasaje arrancado de un cuento de hadas, como la historia más maravillosa que nadie sabría contar y como los versos más perfectos que jamás pude escribir; ha sido la historia más secreta, más irreal y más fantástica que pude soñar...Me perdía entre tus labios como en un eterno laberinto, tus ojos me ahogaban más que cualquier mar podría hacerlo y, allí, en ese lugar tan desconocido para mis sentidos y que casi no logro bien recordar, nos perdimos, el uno dentro del otro, hasta desvanecernos en la eterna oscuridad.



Y si tú también soñaste lo mismo... quizás no deba considerarse un sueño, porque ha existido más allá de los límites de nuestra cabeza, ha casi rozado la realidad, desdibujándose un poco antes de que abriéramos los ojos. No sé, a veces no me atrevo a decirle a alguien que he soñado con él o ella, pero quizás se esté callando lo mismo, y haya sido el travieso comité de los sueños siameses en el que en el momento de perder la noción de la razón y a través de un estudio molecular de nuestros deseos, ha sintonizado a la vez, un mismo sueño para dos personas, que tímidamente sueñan, lo que no se atreven a confesar...