martes, 26 de enero de 2010

Untitled

Se mira unas mil veces al espejo, se prueba otra cosa y se vuelve a mirar; tiene que estar perfecta esta noche.
No encuentra la prenda adecuada, sigue buscando...No puede ir muy atrevida ni demasiado sencilla,simplemente perfecta para él. Al fin encuentra la vestimenta adecuada, más el calzado adecuado y el maquillaje ideal. Así que, allá va, a punto de abrir la puerta de casa y...

- ¿A dónde vas, niña?
- A casa de Sara a dormir, papá...- Miente
-Ya...

Por fin sale de casa. Carlos le espera en el coche una calle más atrás, para no levantar sospechas.
"Es genial hacer lo que te prohiben. Mentir sienta tan bien... Te sientes tan mayor cuando enciendes ese cigarrillo, tan madura por que tu novio tenga coche...que ni siquiera necesitas sentirte responsable."
Se van a una discoteca, a hacer lo mismo que los demás, a beber, cuanto más mejor y a lo de siempre. A intentar creerse más mayor por tomar más mierda que los otros.
Casi las 6 de la mañana. Tras el cansancio, Carlos le propone que pasen la noche en su casa y Laura, ni se lo piensa, directamente acepta. Ella cree quererle y él...él ni si quiera eso.
No llevan apenas tiempo conociéndose, pero da igual, son jóvenes de 15 años que creen tener 20 y saber lo que hacen.
A la mañana siguiente, Laura llega a casa. Abre la puerta y ve a sus padres desayunando, mira al suelo y se va directa a su cuarto.

-Sandra...Tu hija salió ayer de casa siendo una niña, y hoy, ha entrado siendo una mujer...una mujer con el corazón roto- Dijo el padre de Laura sin levantar la mirada de su taza de café.

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