lunes, 23 de agosto de 2010

Mi propio suicidio.


Vestida con las estrellas más bellas del cielo, se paseaba entre los pasillos que fueron suyos y entre las habitaciones que guardaban todo el tesoro que dejó en vida.
Ya los cortes por todo su cuerpo se podían disimular y nadie volvería a verlos, sólo ella; única espectadora de su propia muerte y a la vez su única enemiga y asesina.
Aquella hermosa princesa que lloraba sangre debajo de las pueriles sonrisas que regalaba, aquella que parecía tan feliz, pero que en el fondo se destrozaba... Su belleza se desbordaba por cada poro de su cuerpo, decían; también su mirada, que trasmitía mucho más que palabras, contaban...
Y ella no escuchaba, nada oía fuera de su cabeza y nada quería ver que no fuera su sangre caer entre sus dedos cuando se masacraba. Se sentía tan sola, que cada noche a la luna le contaba que su corazón iba muriendo, muy despacio y que le dolían las lágrimas de cristal que rasgaban la fina piel de su cara. No paró en toda esa noche de buscar sentido a su existencia, pero no sirvió de nada...
La triste princesa de ningún reino y sin más palacio que el de su propia alma, se vió a sí misma como se mataba, notó como lentamente la cuchilla conseguía arrancarle la poca vida que le quedaba y vió como la luna se teñía de rojo, al igual que su piel y su cama.

Yo misma vi a mi cuerpo caer muerto sobre la almohada, yo contemplé feliz como mi sangre me abandonaba, yo y sólamente yo ví como yo misma...me asesinaba.

2 comentarios:

  1. Vaya princesa, no puedo menos que leer y re leer tu entrada y sentir como tus palabras son tan autenticas y tan sinceras que llegan a quien las lee. Espero estes muy bien, tienes una manera de escribir impresionante en verdad. Besos...

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  2. oh! me encanta, ya lo sabes ;)
    te tengo en el tuenti te sigo ahora que tengo blog(aunke vacio)xD

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