martes, 1 de noviembre de 2011

Miércoles nueve.

Cuando creí que ya lo había perdido todo, cuando pensé que ya sólo quedaba esperar a que el resto de los días fueran igual y que todo siguiera sin importarme. Justo en el momento en el que me había rendido, en el que mi cuerpo ya sólo era un objeto y el tiempo parecía gustoso de darme la espalda y abandonarme al libre albedrío del destino.
Cuando mi garganta sucumbió de gritar cada madrugada y mi piel se quedó fría, casi muerta.
Justo en ese minuto en el que no necesité nada más que dejarme llevar, dejarme masacrar por el exceso, justo cuando quise desaparecer, en el preciso instante en el que deseé que la exageración de grados en mi sangre me quitara lo poco que quedaba de mí, justo ahí.
Cuando ya nada tenía cabida en la lógica ni en la razón, cuando ya no pretendía buscar más, ni aquí ni allá, justo entonces... encontré un gramo de salvación, una gota de esperanza, una hebra de ilusión, una vez más...

Una vez más tengo ganas de sonreír al despertar, de verme reflejada en cualquier espejo y que mis ojos vuelvan a brillar. Una vez más quiero sentirme completa y no llenar mi vacío con el suicidio más lento y doloroso; una vez más quiero sentir el calor de sus palabras descansar en mi pecho y ver amanecer cada vez que se acerca, tan despacio...
Dibujar en mi mente su aroma y guardarlo para siempre, para que no se gaste nunca.
Una vez más que las horas pasen como si fueran segundos, una vez más suspirar y que a la vez me falte el aire.


Me da miedo caerme esta vez.

2 comentarios:

  1. Este comentario ha sido eliminado por el autor.

    ResponderEliminar
  2. puedes tener muchas razones para vivir o ni una en total debes vivir y seguir
    verle el lado positivo de la vida
    en un instante puedes sentirte la persona mas feliz del mundo o l mas infeliz..
    tu decides

    ResponderEliminar