viernes, 13 de noviembre de 2009

Miedo,Pánico, Horror.

Miedo, pánico, horror. Esa sensación que te arranca el alma del cuerpo, que se esparce por todas tus células, que te deja un sudor frío y te congela inexorablemente la piel.
Miedo, el mismo que sientes cuando caminas sola por la calle y crees que todas las sombras te persiguen, cuando aún sola, inventas sonidos que no existen, escuchas pasos en el más fúnebre silencio y voces en la inescrutable soledad que solo tu ser la corrompe. Nadie más, sin embargo inventas gente, ves seres inexistentes, ojos en la oscuridad que te miran fijos, que te atrapan...y empiezas a sentir miedo...
Pánico, el que sientes cuando pierdes para siempre aquello a lo que te aferraste con fuerza, a lo que entregaste tu vida entera y ahora sin eso, es empezar de nuevo. Buscas en vano la esperanza de que lo que perdiste vuelva, estás sola, tienes que reconstruir tu mundo de nuevo, y eso da pánico, no sabes, no quieres, prefieres tu rutina, vivir igual que como te acostumbraste, ahora sola, es como si te hubieran arrancado la vida...
Horror, el mismo que sientes cuando das un paso hacia la muerte, cuando tu cuerpo cae velozmente, cuando la gravedad te atrae hasta el más puro dolor. Notas el aire herir tu piel, tus manos, tu cara... te hace daño, pero da igual, vas a morir. Ves la gente cada vez más cerca, pero aún queda, el edificio es alto, te quedan un par de segundos para vivir. Te horroriza, en el último segundo te horroriza estrellarte con el gélido y duro cemento, te arrepientes, de nada sirve pero lo haces, quieres vivir, sonreir como nunca lo hiciste, respirar el aire de la mañana, oler la brisa y el suelo cuando llueve.... quieres vivir, pero ya es tarde.

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