
Antes, pensaba que la felicidad y los sentimientos bonitos no eran más que esa cruel utopía a la que todos siempre aspiramos y nunca conseguimos alcanzar por completo.
Todo cambió la noche que le conocí. A partir de ahí, comprendí que la felicidad se sentía mucho más allá de la mente o del pecho, donde creemos sentirlo todo. La felicidad real puede palparse, puede olerse e incluso saborearse en el más íntimo de los besos.
Cuando completas hasta la última pieza de tu puzzle y sacias hasta tu sed más agonizante, no necesitas más; estás viviendo...Sonríes, como una forma más de expresar ese cosquilleo que va creciendo en tu interior sin que apenas te des cuenta; también, sin quererlo, aumenta el brillo en tus ojos, aquel que fuiste perdiendo conforme crecía tu soledad y tristeza interna. Ahora vuelven las ganas de derrochar cada segundo, de que no pase el tiempo y que jamás se te vuelva a borrar la nueva sonrisa que te regalaron...
Todo cambió la noche que le conocí. A partir de ahí, comprendí que la felicidad se sentía mucho más allá de la mente o del pecho, donde creemos sentirlo todo. La felicidad real puede palparse, puede olerse e incluso saborearse en el más íntimo de los besos.
Cuando completas hasta la última pieza de tu puzzle y sacias hasta tu sed más agonizante, no necesitas más; estás viviendo...Sonríes, como una forma más de expresar ese cosquilleo que va creciendo en tu interior sin que apenas te des cuenta; también, sin quererlo, aumenta el brillo en tus ojos, aquel que fuiste perdiendo conforme crecía tu soledad y tristeza interna. Ahora vuelven las ganas de derrochar cada segundo, de que no pase el tiempo y que jamás se te vuelva a borrar la nueva sonrisa que te regalaron...
Gracias, una vez más, por devolverme aquella vida que perdí y transformarla en una nueva, mucho más hermosa, mucho más bella...
Faltan tan sólo 24 horas, aproximadamente...