domingo, 5 de julio de 2009

Noches de verano...



Parecía que el mundo desaparecía detrás de esos intensos besos. Era como si todo lo ajeno a él y a ella, perdiera sentido, se desdibujara en el vacío y dejara de existir. Sólo eran conscientes de ese baile de lenguas bajo la luna, esas caricias bajo la ropa, esas sensaciones entremezcladas que, todas juntas, no se saben distinguir...todo lo demás, daba igual. Un beso llevaba a otro, y a otro. Se miran con deslumbrante deseo, sus ojos brillaban tiernos entre mil estrellas decorando la noche. Ninguno quería parar, se necesitaban, necesitaban fundirse allí mismo, en ese lugar decrèpito y calcinoso, casi derrumbado. No podían parar, los que iban a ser los últimos 5 minutos de despedida, se tornaron más de 40 de infinita pasión. La realidad vuelve con el fin de cada beso, y desaparece con el comienzo del siguiente. No existían palabras bonitas, pero ella se las decía en cada roce, en cada mirada, en cada beso...él...mejor se las guardaba. Cuando estaba distraído, un susurro casi silencioso emergió de los labios de ella...'' Te quie..'' un beso frenó sus palabras, que aún asi, él no las llegó a oir. El mundo vuelve a desaparecer...cada noche, para ellos dos.


~Perderme en tus besos es todo lo que necesito para encontrarme a mí misma.

Te empiezo a necesitar mucho más de lo que me gustaría...


Hoy la vida nos tuvo envidia, jamás vio tanto amor en mis ojos, tanta felicidad en nuestros labios, tantos besos apasionados...y prefirió dejarnos a solas.

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