martes, 20 de septiembre de 2011

Si me pides la luna...

Te regalo el universo.
De besos tan suaves no se vive, de esos que dejan todas las ganas en la garganta, de esos que resecan y son adictivos, de esos que necesito un par al día. Los necesito, son mi droga, mi lujuría, mi tentación, mis ganas de no dejar nada de él excepto la ropa.
Tres palabras y me las creo, tres miradas y me pierdo muy lejos, tres besos y ya no queda nada de mí, una caricia y ya ni me encuentro.


Una sonrisa por favor, cambiemos de melodía y que ahora suene la bonita, la que tenía reservada para tí, me decía, la canción más bella para la más dulce doncella, el sonido más lento para bailarte entre mis caderas, una miradita que lo exprese todo, casi; tres caricias y la última bajando desde tu ombligo, las palabras más bonitas susurradas lo más bajito para que sólo lo oigas tú y yo de fondo ande escuchando tus latidos, cada vez más rápido y permítame que acelere, dulce doncella, me insinua sin palabras y todo en una frase, con desfase, sin necesidad de amarte para regalarte hoy lo más bello, lo que te mereces aunque sólo dure un rato, aunque no sea más que una hora, pero será la más perfecta, la más completa, la mejor derrochada...Ahora deja que repose en tu pecho y escuche como se calma tu corazón conmigo tan cerca, como sientes toda la calma y como la melodía se desdibuja, se apaga, se cansa y se va. Como hará el príncipe después de fumarse a la doncella, aunque la regale la melodía más bella, sólo será una escena. Dicen.

No hay comentarios:

Publicar un comentario